“Explorando la belleza natural: los desnudos fotográficos de Izuky Pérez ”
Su lente retribuye una mirada estilizada que tiene a bien insistir en un desnudo que permite contemplarse y ser contemplado, aun cuando a los modelos no se les pida mirar a la cámara. La eficacia del mejor registro corporal depende de un acuerdo entre artista y modelo, donde la técnica sea la mayor de las mediaciones. Existe de antemano un descubrirse sincero que confía en la seguridad del fotógrafo. Luego será el lente el verdadero cómplice por encubridor del desnudo.
Primero es por esa razón por la que pudiéramos entender que un fotógrafo como Izuky vuelva sobre el desnudo, ubicándose de manera crítica entre Kenneth Clark y Susan Sontag, sin desconocer sus recepciones de la obra de Jan Saudek, Helmut Newton, Waclaw Wantuch, Ruslan Lobanov, Nobuyoshi Araki… y sus vecindades con las de sus coterráneos Julio Bello y Alexis Rodríguez. No precisa Izuky ir a los detalles de los genitales, fragmentar y distorsionar pechos y nalgas de mujeres y hombres; ni siquiera se inclina por la desnudez frontal. Aleja la cámara para captar una atmósfera o hacer del propio desnudo la forma artística por excelencia. A veces trabaja los fondos o los busca y los cuerpos parecieran que emulan con el reajuste que hace del mundo la pintura.
Desnudos atléticos de bailarines y bailarinas que controlan sus poses, comparten actos, dominan técnica y arte; desnudos voluptuosos donde la ropa justa transparenta la piel; a veces en blanco y negro porque resalta más algunas formas; las más, en color para destacar una escena atemporal que transgrede nacionalismos; desnudos en que se capta la totalidad de la futura cópula o la que ya se ha realizado, Izuky siempre traba relaciones con lo erótico en una dignificación y personalización de cada uno de los retratados.
Desde el punto de vista erótico y sexual siente mayor comodidad trabajar con mujeres. Pero piensa que, en un futuro inmediato, debiera aprovechar más la fuerza y belleza de imágenes masculinas si los hombres estuvieran menos prejuiciados en Cuba desde el punto de vista cultural. Me cuenta que le encantaría realizar por ejemplo una serie de desnudo masculino fitness. «Con las mujeres, al menos aquí en Cuba, pasa algo tan diferente en relación con desnudarse y apoyar lo que estimo más oportuno para la fotografía. Pero si ellas me sugieren, por supuesto, las escucho atentamente. A mi modo de ver, es importante esta colaboración entre la persona que desviste más que su cuerpo y mi modo de registrar un gesto, una emoción…».
Ojalá que a las firmas legitimadoras de María Eugenia Haya, Rafael Acosta de Arriba, Rufino del Valle, Nelson Herrera Ysla, Cristina Vives, Willy Castellanos Simons, Grethel Morell, Nahela Hechavarría Pouymiró, Magaly Espinosa, Ramón Cabrales, José Antonio Navarrete, Yenny Hernández Valdés, Ramón Cabrales Rosabal, Juan Antonio Molina, Adriana Herrera Téllez, Leybis Rosales Arzuaga, Maikel José Rodríguez Calviño… se le sumen otras, pero no para un simple equilibrar la balanza entre el discurso crítico mujeres y hombres, sino para aportar con nuevos criterios y contemplar más artistas del lente que, como Izuky Pérez Hernández, comprometido con sus desnudos, explayan el panorama creativo de la nación.
Daniel Céspedes Góngora (Isla de la Juventud, 1982). Crítico y ensayista. Graduado de Historia del Arte por la Universidad de La Habana. En 2021 la editorial Casa Vacía publicó su libro La dolce vita. Escrituras sobre cine. En 2018, obtuvo en Cuba el Premio Nacional de Crítica de Arte Guy Pérez de Cisneros en la categoría Ensayo.
Izuky Perez es un fotógrafo profesional con base en La Habana, Cuba. Especializado en Fotos de Moda, Desnudos Artístico, Quinceañeras, Bodas, Arquitectura, Productos, Retratos y Fotografía de Vacaciones Su estudio fotográfico fue fundado en 2006 y desde entonces se a diversificado en múltiples facetas fotográficas con una amplia gama de servicios de excelente calidad.